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Elías Figueroa «el iluminado»
Elías Figueroa, uno de los defensores más icónicos de la historia del fútbol, no solo destacó por su destreza en el campo, sino también por su elegancia y liderazgo innato. Desde sus humildes comienzos en Valparaíso, Chile, hasta su consagración en los grandes clubes del mundo, Figueroa construyó una trayectoria digna de leyenda, inmortalizada en un momento que quedará para siempre en la memoria de los aficionados: el «gol iluminado»
Nacido el 25 de octubre de 1946 en Valparaíso, Chile, Figueroa comenzó su camino hacia la gloria en las calles de su barrio, donde el fútbol era más que un juego, era un estilo de vida. Su habilidad innata lo llevó a las divisiones inferiores de Santiago Wanderers, club en el que debutó profesionalmente.
Consagración
La cumbre de su carrera llegó a Brasil, donde defendió los colores del Internacional de Porto Alegre. Fue en este club donde no solo ganó títulos, sino también el respeto y la admiración internacional, siendo nombrado en tres ocasiones consecutivas como el Mejor Futbolista de América (1974, 1975, 1976).
El Iluminado
El 14 de diciembre de 1975, en el Estadio Beira-Rio, el Internacional de Porto Alegre se enfrentaba al Cruzeiro en la final del Campeonato Brasileño. El partido estaba en un tenso empate sin goles, y el título parecía alejarse, fue entonces cuando corría el minuto 85, y en una jugada de balón parado, Figueroa se elevó sobre la defensa rival para conectar un cabezazo certero que perforó la roja, lo que hizo de este momento algo inolvidable no fue solo el gol en sí, sino la manera en que la luz del sol atravesó las nubes justo en el instante en que Figueroa golpeaba el balón.
El estadio estalló en júbilo, y los hinchas, maravillados por la coincidencia divina, bautizaron aquel tanto como el «gol iluminado». Ese gol no solo aseguró el título para el Internacional, sino que también se convirtió en una de las anécdotas más icónicas de la historia del fútbol sudamericano
El retiro
Elías Figueroa se retiró del fútbol en 1982, después de una destacada carrera que también incluyó pasos por Palestino de Chile y Fort Lauderdale Strikers en Estados Unidos. Su legado perdura no solo por sus logros, sino por el respeto y admiración que siempre mostró hacia el juego y sus aficionados.
A través de los años, Figueroa ha seguido influyendo en el fútbol como dirigente y embajador del deporte, llevando siempre consigo la luz que una vez iluminó aquel gol inolvidable. Su historia es un recordatorio de cómo el talento y la dedicación pueden convertirse en el éxito.